El Huevo del Águila

Imagina un huevo de águila que, por accidente, rueda hasta un gallinero. La gallina lo incuba, y el aguilucho crece entre pollos, creyendo ser uno de ellos. Picotea el suelo, cacarea y vuela torpemente, como las gallinas. Pero un día, un águila majestuosa cruza el cielo.

El joven aguilucho, sintiendo una extraña atracción, pregunta qué es esa criatura. Le responden que es un águila, el rey de las aves, pero él, criado como pollo, no se reconoce en esa descripción.

La parábola del Huevo del Águila nos habla de potencial sin descubrir. El aguilucho, criado entre gallinas, limita su identidad a lo que conoce, ignorando su verdadera naturaleza. Esta metáfora nos invita a reconocer nuestro propio potencial, a veces oculto por las circunstancias o las creencias limitantes.

Esta parábola sufí nos recuerda que no debemos conformarnos con una identidad limitada. En el contexto actual, donde a menudo nos dejamos definir por las expectativas sociales o las opiniones de los demás, es crucial explorar nuestro verdadero ser y desplegar nuestro potencial único. No importa dónde hayamos «nacido» o cómo nos hayan criado; llevamos dentro la capacidad de «volar alto» y alcanzar nuestras metas más elevadas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *