Los cuentos de Canterbury.
El molinero, un hombre rudo y borracho, interrumpe el relato del caballero con una historia lasciva y cómica. Su cuento se centra en el carpintero John, su joven y hermosa esposa Alison, y el astuto clérigo Nicolás, quien se hospeda en su casa.
Nicolás seduce a Alison, y juntos traman un plan para engañar a John. Nicolás convence a John de que se avecina un segundo diluvio, y que deben pasar la noche en tres tinas colgadas del techo para sobrevivir. Mientras John duerme en su tina, Nicolás y Alison disfrutan de su noche de pasión.
Sin embargo, su plan se complica con la llegada de Absalón, un pretendiente enamorado de Alison, quien también es engañado y humillado. La historia culmina en un caos cómico, con Nicolás sufriendo quemaduras y John cayendo de su tina, para la burla general de la gente del pueblo.

«El cuento del molinero» contrasta fuertemente con la nobleza y la elegancia del «cuento del caballero». Chaucer utiliza este cuento para explorar la comedia burda y lasciva, ofreciendo una visión realista y satírica de la vida cotidiana en la Inglaterra medieval. A través de los personajes del molinero, Nicolás y Alison, Chaucer desafía las convenciones sociales y religiosas, celebrando el ingenio y la picardía sobre la virtud y la moralidad. El cuento también sirve para presentar al molinero como un personaje antagónico al caballero, representando la clase baja y sus valores opuestos a los de la caballería.
En el contexto actual, sigue siendo relevante por su exploración de la naturaleza humana y la comedia. La historia nos invita a reflexionar sobre la importancia del ingenio y la astucia en la vida cotidiana, así como sobre los peligros de la lujuria y la codicia. También nos recuerda la capacidad de la literatura para desafiar las convenciones y ofrecer una visión crítica de la sociedad.