Renart el Zorro era un bribón de noble cuna, astuto y sin escrúpulos, que vivía en el corazón del bosque medieval. Su principal rival, el lobo Isengrim, representaba la fuerza y la nobleza, pero era tan ambicioso como ingenuo. Las fábulas de Renart narran cómo este antihéroe usaba su ingenio para burlar a todos los animales de la corte, especialmente al orgulloso Isengrim, para su propio beneficio y diversión.
Una de las más famosas tretas de Renart ocurrió junto a un pozo. Renart, con un cubo, estaba atrapado en el fondo, pero cuando vio a Isengrim, ideó un plan. Le mintió, diciéndole que había encontrado un tesoro de oro escondido en el agua. «Hermano Isengrim,» le dijo, «si te subes al otro cubo, tu peso me levantará, y podrás unirte a mi fortuna». Isengrim, ciego de avaricia, saltó al cubo sin dudar.
Como era de esperar, el peso de Isengrim lo hizo bajar hasta el fondo del pozo, mientras Renart ascendía a la superficie. Al salir, Renart se despidió con una burla: «Amigo mío, así es el mundo: unos suben y otros bajan. A ti te toca quedarte abajo». Dejó a Isengrim atrapado en el pozo, castigado por su propia codicia y credulidad. Renart el Zorro no solo es una fábula, sino una sátira sobre la sociedad.

La fábula de Renart el Zorro es un espejo de la condición humana. Nos enseña que la inteligencia y el ingenio pueden vencer a la fuerza bruta. Renart, a pesar de su inmoralidad, es el héroe de la historia porque usa su mente para sobrevivir en un mundo de poderosos y tontos. La historia nos advierte sobre el peligro de la credulidad y de la avaricia, vicios que a menudo nos ciegan.
Esta leyenda también es una crítica a la sociedad medieval. El Zorro representa al pueblo llano, que usa su astucia para burlar a los poderosos, encarnados en el lobo y el león. Nos recuerda que no siempre debemos confiar en las apariencias o en los títulos. A veces, el más humilde y menos respetable es quien tiene las lecciones más valiosas que enseñarnos. La fábula celebra la picardía como una forma de resistencia.