La leyenda de Inanna Descenso al Inframundo comienza cuando la diosa del amor y la guerra toma una decisión fatal: descender al Kur, el inframundo. Este era el dominio de su sombría hermana Ereshkigal. Inanna se preparó con sus siete atributos de poder: la tiara, el collar de lapislázuli, el pectoral, el anillo de oro, el brazalete, la vara de medir y la túnica de señora. Ella instruyó a su visir Ninshubur. El visir debía pedir ayuda a los dioses si ella no regresaba en tres días.
Al llegar a las siete puertas del Kur, el portero Neti la obligó a despojarse de un adorno en cada umbral. La ley era clara: nadie podía entrar en la tierra de los muertos conservando algo de su vida superior. Así, Inanna fue despojada de su poder y quedó desnuda. Fue llevada ante el tribunal de los Anunnaki. Su hermana Ereshkigal, llena de rencor, la condenó sin piedad.
Inanna quedó colgada de un gancho para que muriera. Tres días después, Ninshubur imploró a los dioses. Afortunadamente, solo Enki respondió a su súplica. Él creó dos seres sin sexo (el Kurgarra y el Galatur) para rescatar el cuerpo. Los seres lograron reanimarla. No obstante, la ley del Kur exigía un sustituto. La diosa fue liberada. Sin embargo, su consorte, Dumuzi, fue arrastrado al inframundo en su lugar. Esto creó el ciclo anual de muerte y fertilidad. Por consiguiente, la Inanna Descenso al Inframundo se convirtió en un mito cíclico.
El Mensaje Universal
Este mito es una profunda alegoría sobre la renovación y el precio del poder. Inanna desciende voluntariamente. De hecho, ella va al lugar donde su poder es anulado. Esto enseña que, para alcanzar una sabiduría superior, a veces debemos despojarnos del ego material. Su desnudez ante el tribunal simboliza la humildad y la vulnerabilidad humana.
La lección más potente reside en el concepto del sacrificio cíclico. La liberación de Inanna requiere que su consorte Dumuzi tome su lugar. Este ciclo representa la naturaleza: la fertilidad (Inanna) no puede existir sin el sacrificio anual de la vegetación (Dumuzi) en la sequía estival. En resumen, este relato nos recuerda que toda vida y resurrección tienen un precio.
