La Parábola del Jardinero y el Fruto

Según un conocido Hadith, el profeta Mahoma se encontraba con sus compañeros cuando les preguntó: «¿Hay algún árbol que se parezca al creyente?». Los compañeros, que pensaban en los árboles del desierto y sus frutos, dudaron en responder. Mahoma les dio la respuesta, comparando la firmeza y la utilidad del creyente con un árbol específico, cuya naturaleza es un modelo de vida piadosa.

La respuesta del profeta Mahoma fue que el árbol que se asemeja al creyente es la palmera datilera. La razón es que, al igual que la palmera, el creyente es beneficioso en todas las etapas y aspectos de su vida. El tronco de la palmera es útil para la construcción, sus hojas para la artesanía, y sus frutos (los dátiles) son una fuente de alimento vital. De la misma manera, un creyente tiene la capacidad de ofrecer bondad y utilidad a quienes lo rodean, sin importar las circunstancias.

La parábola enseña que un verdadero creyente no solo se beneficia a sí mismo, sino que su existencia es una fuente constante de bien para los demás. Sus palabras son amables, sus acciones son justas y su presencia enriquece la comunidad. Así pues, el creyente es como la palmera datilera, un árbol que da frutos en todo momento y cuya esencia es completamente útil, incluso en la adversidad.

El Creyente y la Palmera

La parábola del jardinero y el fruto es un mensaje atemporal sobre la importancia de ser una persona de beneficio. Nos enseña que la verdadera fe no es un concepto abstracto, sino algo que debe manifestarse en la utilidad y la bondad que brindamos al mundo. El creyente, como la palmera, debe ser un faro de positividad y una fuente de ayuda para los demás.

En resumen, esta historia nos invita a reflexionar sobre la huella que dejamos. ¿Somos como un árbol estéril que solo ocupa espacio, o como la palmera que nutre y da refugio? La parábola nos inspira a ser personas cuyas palabras, acciones e intenciones sean tan beneficiosas como el fruto de la palmera, buscando siempre formas de contribuir al bienestar de nuestra familia, comunidad y del mundo en general.

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