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Hammurabi: La Ley del Ojo por Ojo

En el corazón de la antigua Mesopotamia, hace casi cuatro mil años, reinó Hammurabi, el sexto rey de Babilonia. No solo fue un conquistador que unificó gran parte de la región, sino que su legado más duradero fue su visión de justicia. Observando el caos y las disputas entre su vasto imperio, Hammurabi comprendió que la grandeza de una civilización radicaba en la claridad y la equidad de sus normas.

Con esta visión, Hammurabi ordenó grabar en una imponente estela de diorita negra un código de leyes exhaustivo. Este monumento, encontrado en Susa, no era un mero listado de prohibiciones, sino un compendio de regulaciones que abarcaban todos los aspectos de la vida civil: desde contratos y herencias hasta delitos y castigos. En la cima de la estela, Hammurabi aparece recibiendo las leyes del dios del sol y la justicia, Shamash, legitimando así su autoridad divina.

La piedra contenía 282 leyes, famosas por su principio de «ojo por ojo, diente por diente» (lex talionis). Si un hombre libre arrancaba el ojo de otro hombre libre, el suyo le sería arrancado. Pero el código también distinguía entre clases sociales, imponiendo castigos más severos para crímenes contra la nobleza y multas para los delitos contra los esclavos. Así, Hammurabi no solo sentó las bases de la jurisprudencia, sino que también dejó un testimonio imperecedero de su búsqueda de orden y justicia.

Hammurabi La Ley del Ojo por Ojo

El Mensaje de La Ley del Ojo por Ojo

La historia de Hammurabi: La Ley del Ojo por Ojo es un pilar fundamental en la evolución de la justicia y la sociedad. Nos enseña cómo una civilización en ciernes buscó establecer un orden donde antes solo existía la venganza personal y el caos. El «ojo por ojo» de Hammurabi, aunque hoy nos parezca primitivo, fue en su momento un avance revolucionario: limitaba la represalia, establecía la proporción del castigo al crimen y sentaba un precedente para la ley escrita, accesible y aplicable a todos (aunque con matices de clase).

Este relato nos invita a reflexionar sobre la importancia de las normas claras y justas en cualquier comunidad, ya sea una familia, una empresa o una nación. ¿Cómo establecemos límites equitativos? ¿Qué significa «justicia» en nuestro contexto actual? La figura de Hammurabi: La Ley del Ojo por Ojo nos recuerda que el orden y la civilización surgen de la voluntad de regular las interacciones humanas, buscando un equilibrio, incluso si este es imperfecto. La ley, en su esencia, busca protegernos unos de otros.

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