La Parábola del Hijo Pródigo (del Sutra del Loto)

Hace mucho tiempo, un joven rico dejó la casa de su padre para buscar fortuna en el mundo. Con el tiempo, se vio envuelto en la miseria y el desorden, y terminó vagando como un mendigo pobre y desorientado. Mientras tanto, su padre se había convertido en un poderoso y respetado dignatario, dueño de una inmensa fortuna y con una mansión impresionante, pero su único deseo era encontrar a su hijo perdido.

Un día, el hijo llegó a la ciudad de su padre. Al verlo desde lejos, el anciano lo reconoció inmediatamente, pero el hijo, intimidado por la opulencia de la mansión y el poder de su padre, sintió miedo y huyó. El padre, sabiendo que si revelaba la verdad el hijo no la aceptaría, envió a sus sirvientes para que le ofrecieran un trabajo humilde como limpiador de excrementos.

El hijo aceptó el trabajo y, con el tiempo, el padre le confió tareas de mayor responsabilidad, tratándolo como si fuera un amigo de confianza. Después de veinte años de trabajo fiel, el anciano sintió que se acercaba el final de su vida. Ante todos sus sirvientes, llamó a su hijo, le reveló la verdad sobre su identidad y le entregó toda su vasta herencia, que el hijo había olvidado por completo.

La Parábola del Hijo Pródigo (del Sutra del Loto)

Esta parábola enseña que, al igual que el hijo pródigo, hemos olvidado nuestra verdadera naturaleza de la misma manera que el hijo olvidó sus orígenes. Vivimos vidas de «pobreza espiritual» y miseria, sin darnos cuenta de que somos herederos de una inmensa riqueza: la naturaleza de Buda. Nos hemos alejado de nuestro verdadero ser por la ignorancia y los apegos mundanos.

El padre representa al Buda, quien no nos revela la iluminación de golpe, ya que nuestra mente no podría aceptarla. En lugar de eso, utiliza medios hábiles (upaya) para guiarnos gradualmente. Nos da enseñanzas y prácticas sencillas para limpiarnos del karma y la ignorancia, y poco a poco nos revela la verdad hasta que estamos listos para aceptar y reclamar nuestra herencia final: el despertar.

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