La Parábola de la Puerta Estrecha (Midrash)

Un rey construyó un camino para su pueblo, un camino que llevaba directamente a su palacio. Sin embargo, para llegar a él, sus súbditos tenían que pasar por un sendero largo y difícil. Al comienzo del camino, había dos puertas: una ancha y luminosa, y otra estrecha y casi invisible. La puerta ancha era atractiva y prometía un viaje fácil, pero en realidad, conducía a un camino lleno de peligros y trampas. La puerta estrecha, en cambio, parecía poco prometedora y requería un gran esfuerzo para pasar por ella. El rey, en su sabiduría, sabía que solo a través de esa puerta se llegaría a su destino final.

Un grupo de viajeros llegó al camino. Al ver las dos opciones, se vieron tentados por la puerta ancha. Un anciano sabio, que conocía la verdad, los advirtió: “No os engañéis. Aunque la puerta ancha os parezca más fácil, no os llevará al palacio. El camino del rey es el de la puerta estrecha. Es difícil, sí, pero es el único seguro y verdadero”. No obstante, muchos de los viajeros no le hicieron caso, deslumbrados por la aparente comodidad de la puerta ancha. Se burlaron del anciano y se precipitaron por el camino de la comodidad.

Solo unos pocos valientes decidieron escuchar al anciano y se esforzaron por pasar por la puerta estrecha. El camino fue arduo y exigió de ellos paciencia, perseverancia y sacrificio. Sin embargo, a medida que avanzaban, descubrieron que el camino se hacía más hermoso y que sus almas se fortalecían. Por lo tanto, cuando llegaron al final, encontraron el palacio del rey, un lugar de paz y gloria que superaba todas sus expectativas. Los que eligieron el camino ancho se perdieron en las distracciones del mundo, sin jamás llegar a la presencia del rey.

Parábola de la Puerta Estrecha

La parábola de la puerta estrecha es una poderosa metáfora sobre las decisiones que tomamos en la vida. El camino ancho representa la tentación de elegir siempre lo más fácil, lo que nos da gratificación instantánea, pero que, a largo plazo, nos aleja de nuestros propósitos más profundos y de nuestra verdadera felicidad. Así pues, el camino estrecho simboliza las decisiones que requieren disciplina, esfuerzo y sacrificio, pero que, a cambio, nos acercan a una vida más plena y con un sentido real.

En este sentido, la parábola nos anima a no dejarnos llevar por las apariencias ni por las modas. Nos insta a buscar la excelencia en lugar de la mediocridad, a elegir la virtud en lugar de la conveniencia. El «palacio del rey» no es solo una recompensa futura, sino también un estado de paz interior y de realización que se alcanza cuando vivimos de acuerdo con nuestros valores más elevados. En resumen, esta historia es un llamado a la valentía de elegir el camino difícil, sabiendo que es el único que verdaderamente nos conducirá a la recompensa.

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