La Historia de La Tragedia de Branwen (II Rama)

La Tragedia de Branwen, hija de Llŷr, es la segunda rama del Mabinogion. Comienza con una alianza. Matholwch, rey de Irlanda, navega a Gales para casarse con Branwen y así unir a los dos reinos. El hermano de Branwen, el gigante y rey Bran el Bendito, acepta. Sin embargo, su medio hermano, Efnisien, un hombre lleno de envidia y malicia, se siente insultado por no haber sido consultado. En un acto de sabotaje, mutila horriblemente a los caballos del rey irlandés.

A pesar de que Bran intenta compensar la ofensa con tesoros mágicos, la semilla del rencor ya está plantada. En Irlanda, Branwen sufre una humillación terrible. Es desterrada a las cocinas, donde es maltratada a diario. En secreto, domestica a un estornino y le enseña a llevar un mensaje a su hermano Bran en Gales. Al recibir la noticia, Bran, enfurecido, reúne a su ejército y cruza el mar de Irlanda a pie, pues era tan grande que ningún barco podía contenerlo.

La guerra que sigue es catastrófica. La invasión galesa conduce a la aniquilación de ambos ejércitos. Bran es herido de muerte por una lanza envenenada y ordena a sus hombres que corten su cabeza. Su cabeza, aún viva y parlante, los acompaña durante ochenta y siete años, un tiempo de duelo y maravilla. Al final, solo siete galeses y cinco mujeres irlandesas embarazadas sobreviven para repoblar sus tierras devastadas. Branwen, consumida por el dolor de haber sido la causa de tanta destrucción, muere con el corazón roto.

Ilustración épica de La Tragedia de Branwen: el gigante Rey Bran el Bendito cruzando el mar hacia Irlanda

La Tragedia de Branwen es una cruda lección sobre cómo un solo acto de malicia puede envenenar a naciones enteras. La envidia de Efnisien fue la chispa que incendió dos reinos. La historia nos advierte sobre el poder destructivo del rencor. Nos enseña que la diplomacia y la paz son increíblemente frágiles y que el orgullo herido puede tener consecuencias desproporcionadas y devastadoras, mucho más allá de la ofensa original.

Además, el mito explora la naturaleza del sufrimiento y la resistencia. Branwen soporta su humillación con una dignidad silenciosa, convirtiéndose en un símbolo de resiliencia. La cabeza parlante de Bran, por otro lado, representa la memoria y la sabiduría que perduran incluso después de la muerte. Nos recuerda que, aunque la guerra destruya cuerpos y reinos, las historias, las advertencias y el espíritu de un pueblo pueden sobrevivir a la ruina física. Es una reflexión central en la literatura galesa.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *